Nacido en Salamina, Caldas, Colombia, el ex magistrado y humanista Jairo Maya Betancourt ha editado el libro Mi Corazón No tiene tu edad y otros poemas. En su bibliografía personal cuenta con ensayos literarios, jurídicos y políticos: César Vallejo, un hombre, un poeta y una angustia; El intelectual y la sociedad; La dictadura constitucional en Colombia; El constitucionalismo colombiano: apuntes sobre ciencia política e historia de las ideas políticas; La colonia y la formación del Estado Colombiano.
El poeta salamineño fue una de los intelectuales que participaron en la fundación de la Universidad del Quindío de la que fue expulsado por llevar en esos tiempos a las iniciales aulas universitarias el verbo encendido y esclarecedor del padre Camilo Torres, antes de que el cura optara por las vías de la fuerza para transformar la realidad colombiana.
Maya Betancourt, a quien sus múltiples aventuras culturales lo avalan como gestor cultural , compiló también la Antología de poetas salamineños: Salamina Ciudad de Poesía.
En "Mi corazón no tiene edad y otros poemas", -obra que se suma a sus anteriores poemarios "Hombre a diario" y "Páginas al viento"- Maya Betancur recurre al verso libre para contarnos, con conciencia de finitud, sus pasiones otoñales y sus requiebros amorosos.
El peomario es un absoluto acto de honestidad en el que él, cultor de la razón y de las artes y admirador del signo como como constructor de humanidad, socializa sus inquietudes existenciales. El ejercicio poietico de un ser humano que se se sabe finitio e intrascendente (si la trascendencia se entiende como los falsos cielos prometidos o los metarrelatos históricos). "sólo una cosa hay, es el olvido", podría entrecomillar Maya parodiando a su admirado Borges. Esta conciencia lo lleva a contar sin pretensiones de inmortalidad sus personales circunstancias, apreciaciones y metáforas que se comparte con sentimiento solidario.
En la mayorías de sus poemas, los epígrafes se suceden para revelarnos la cantera de sus versos y para evidenciarnos, de alguna manera, un mecanismo creativo recurrrente. Llega incluso a transferir al poema versos completos de otros autores con sus respectivas comillas. En casos extremos, como en Evocación y Estigma, la canción con la que Charles Aznavour sacudió las fibras de los adolescentes en la segunda mitad del siglo pasado ocupa una tercera parte del poema. No obstante estas heterodoxas prácticas que le quitan espacio a su propia voz, la poesía de Maya Betancur alcanza el Elam poético en los versos que desnudan su romántico andamiaje.
TENGO MIEDO DE TI
II
Eres leve y clara
como una sorpresiva madrugada.
Casi celeste digo.
Hecha toda de Universo.
Incitas al deseo
con el gorjeo de tus senos.
¡Ah mi bienamada!
Pero sobre la tierra transitoria
te descubro sumisa y deslumbrada,
asomada el espejo de la moda
cambiando tu lauta existencia
por el alienado goce de tus días,
y tengo miedo de tus sueños.
¡Oh, que desconcierto!
REFLEXIÓN Y ESPEJO
II
En el lago del espejo
otra vez me miro
y que anciano me percibo
-oh desolado naúfrago-
porque mañana la muerte viene
y todo será polvo bajo su imperio
Barba Jacob lo dijo.
MUERTE
Cuando tú llegues muerte
no encontrarás nada de mí,
porque todo lo he perdido.
¡Serás entonces
sombra inútil del olvido!
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