Información versus Comunicación (fragmentos)
Un periodista uruguayo nos contó que en su pueblo natal, de cinco mil habitantes, había liga de básket con seis equipos, torneos de “Papi fútbol” con otros tantos, campeonatos de ajedrez, dos grupos teatrales, cine de jueves a domingo, vecinos en la vereda. Vida.
Hace años que no se juega a nada, cerró el cine, los grupos de teatro desaparecieron; el club social reemplazó al ajedrez por tres televisores con videos, y si uno se cae en la calle a la diez de la noche no lo encuentran hasta el otro día.
La televisión cubre más expectativas sin esfuerzo de imaginación que la radio cuando no tenía competencia. Información versus comunicación, y en el envés una distracción semejante a la perplejidad del nieto de Mastroianni en Todos estamos todos bien o al autismo de Dustin Hofman en Rain man.
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A mediados de 1992, en pleno despegue de esa nave que nos proyectaría al primer mundo a través del TLC, todavía los jóvenes mexicanos veían dos mil 500 horas de televisión al año mientras pasaban 600 en la escuela. Parecería que el aumento de audiencia fuera proporcional al descenso de los promedios.
A diferencia de otras religiones, este milagro no necesita que García Márquez le ponga una sábana para elevarse, tiene otros operadores que no cobran por acceder al cielo, sino a un satélite. Se trata de “poner tus ojos en lo más alto”.
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Ni se te ocurra pararte
Un breve seguimiento casero durante 40 días a la programación de Televisión Azteca y Televisa, me enseñó como 170 formas de matar y otras tantas de morir. El despliegue incluyó armas de todo tipo y una generosa lección de individualismo como sinónimo de éxito y triunfo. Sin embargo, como se vio durante la guerra del Golfo, y luego con la de los Balcanes, la muerte real no es un accidente sino un espectáculo que puede convertirse en guión y venderse por puntos de rating a todo el planeta. Para reafirmar que la realidad supera a la ficción, aquí como en las series también ganó el más alto, el más blanco, el más fuerte.
Un regreso a las fuentes de esas lecciones racistas del cine estadunidense que mamamos desde las pantallas de todas las salas de barrio –a lo largo y a lo ancho– de nuestro patio trasero. Y aunque se vea en colores, la construcción del hilo argumental es fiel al blanco y negro, por eso, los indios siguen siendo bárbaros, los negros inferiores, los mestizos incompletos, y todos sospechosos.
Para que no haya dudas acerca del mensaje histórico, la adaptación a los tiempos por parte de los guionistas consistió en hacerlos cambiar de “profesión”, nunca de condición.
De esta suerte, podría explicarse que Emilio Azcárraga Milmo nos redescubriera que “México es un país de una clase modesta muy jodida”, por eso es “una obligación llevarle diversión y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil”. La pantalla reemplaza a la vida.
A fin de cuentas, además de la tele, los “jodidos” tienen a su alcance la lotería, los pronósticos deportivos, el melate, la raspada, la bolita, quinielas, los concursos de don Francisco y compañía, los horóscopos de Walter Mercado, la “excelencia” envasada de Miguel Angel Cornejo, y hasta las terapias de punta de Cristina Saralegui, Rocío Sánchez Azuara, Carmen Salinas o el consultorio peruano de Laura en América, entre tantos otros que ofrecen sus servicios profesionales.
El azar es lo más democrático que les queda. Es cuestión de acertar.
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Un director de noticieros me dijo socarronamente “el público duda del que duda; si tú no cambias, él cambia de canal” (y se pierden los anunciantes).
Según la función formadora de los medios, el público opina por repetición con la seguridad de la ignorancia que recibe de este enfoque educativo.
Al árbol de la miseria le cambiaron las ramas y las hojas, por eso las traducciones no se pueden leer sin eufemismos: “países en vías de desarrollo”, “gente sin recursos”, “carenciados”, “umbrales de pobreza”, “empleo informal”. Lenguaje que clasifica y habla de los otros y por los otros, pero nunca a los otros. Como en las religiones se expresa en imperativo. La función traduce códigos, instituciones, moral determinada, una ideología. Neutraliza de un modo más sutil: por compulsión. Si no fuera otra cosa más que un juego macabro, podría interpretarse que las palabras dicen lo que quieren decir, en tanto no lo dicen, “sino todo lo contrario”.
Podemos inferir que por efecto de un reciclaje continuo la posibilidad de conocimiento se convierte en un espacio de ningún saber.
En suma, alimentan nuestra ignorancia a sabiendas que el “contenido”, según parece, es parte inherente de nuestras desgracias.
Así desfilan ilusionistas, lectores de manos, testigos de ovnis como de Jehová, benefactores de solterías condenadas a la eternidad, conductores de cualquier cosa erigidos en defensores de la “opinión pública”, que “asisten” a invitados que se denigran con o sin consentimiento de que los “ventaneen”, con tal de que usted, que está del otro lado, “la pase bien”.
José Antonio Cedrón
El presente trabajo forma parte del libro
La realidad miente más, de próxima publicación.
El presente trabajo forma parte del libro
La realidad miente más, de próxima publicación.
13 comentarios:
Esclarecedor, didáctico, irónico... Gracias por compartirlo, Gladys Munguía B.
Excelente trabajo. Gracias
Cuáles son las publicaciones de Cedrón ?
Ruht
muy bueno desde el mismo título, también quiero saber dónde conseguir lobros de Cedrón.
Gracias, Mario De Barbieri
(Buenos Aires)
Buenísimo Cedrón, tantos años !!!
LUISA A. (baires)
Excelente trabajo periodístico. Un saludo, Clara Jusis V.
Un texto modélico para este México. Gracias. Dra. Bárbara Jiménez B.
Comparto con los amigos lectores que me precedieron: texto de enorme claridad para tantos lectores de blog. Gracias por compartirlo.
Mtro. Miguel Ángel Cortés Mariño (Pachuca, Hidalgo, México)
Muy bueno el trabajo de Cedrón; felicitaciones, Mario Rojas Gavaldón (México, DF)
Excelente ensayo. Felicitaciones. Gracias por subirlo. María Glpe. Miguez V. (Mexico, df)
Qusiera conseguir el mail de Cedrón. ¿podrían publcarlo?
Marta Cascia (Buenos Aires)
MUY BUEN TRABAJO. FELICITACIONES POR PUBLICAR MATERIALES DE ESTE PORTE. Clarisa de Le Santi
Comparto con los lectores que me precedieron la satisfacción de volver a leer a Cedrón, quien fue maestro en un seminario realizado en Morelos. Gracias, Jorge M. Hernández G.
muy bueno el trabajo de cedrón
falicitaciones, jesús romero félix (vzla).
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