Sucede
En este tráfico de trayectorias humanas
donde circulan tantas vidas
marcadas por tantos avatares,
sucede que, a veces, confundimos las señales
y ocurren accidentes.
Que, alguien da la vuelta al indicador
de dirección obligatoria
y nos obliga a retroceder,
desorientados ya.
Sucede que, un día,
el más doméstico de los cuchillos
nos parte el corazón
y entonces sustituimos la vajilla de a diario,
tantas veces vaciada de compartidas sopas,
por platos desechables.
Sucede que, de pronto
nos negarán tres veces
y, cruelmente entonces, tendremos la certeza
de que no pesa nada la mitad de una vida.
Que una liviana mota de polvo
puede decidir la balanza.
Que el más ocasional soplo de viento
es capaz de derribar los muros más sólidos
y dejar sin cobijo
los sentimientos más largamente cultivados.
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2 comentarios:
Sucede que, al soplo mínimo del viento, unos sentimientos entrañables que creía largamente olvidados resurgen sin previo aviso, agazapados sobre una mota de polvo, encriptados en un poema delicioso; y me obligan a retroceder desorientado, sustituyendo fugazmente los platos desechables de a diario por aquellas vivencias tan gratamente compartidas hace... más de treinta años.
Llámame por favor. Tenemos mucho que contarnos.
Un beso,
Antonio
Sucede que, de pronto
nos negarán tres veces...
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