Mi gran ilusión es que el primer libro publicado sea Conversaciones con el pez, de Elías Mejía. Pero eso ya depende de la Gobernación del Departamento, quien dispondrá una parte de los recursos y ejecutará el proyecto.
¿Cree usted que los quindianos poseen una obra significativa que los pueda identificar y posicionar en el contexto nacional?
¿Quiénes son los autores quindianos de la contemporaneidad invitados a asumir el legado de voces como las de Luis Vidales, Carmelina Soto, Humberto Jaramillo Angél o Jaime Buitrago y cuáles son los géneros que impulsará la Biblioteca de Autores Quindianos?
Sirvió de mucho. Para mí fue la oportunidad de descubrirme como aficionado a la escritura, y fue la extraordinaria oportunidad de descubrir que la literatura, para corazones valientes, no es una forma de vida, es la vida misma. En esa época me fue revelada la intensa y profusa cobardía que perturba y acogota mi práctica literaria.
¿Ha considerado la posibilidad de crear una página web que muestre internacionalmente las creaciones culturales de los creadores quindianos? ¿Qué hace falta para ello?
No. Y qué bueno sería hacerlo.
¿El ideario creativo mínimo que propone para la literatura regional en Historias del prologuista es real? ¿Quiere explicarlo para nuestros lectores?
¿No se puede afirmar que el Solórzano Castaño de Historias del Prologuista, sea un heterónimo al estilo de Pessoa; pero, quizás, se pueda llegar a pensar tal vez en un alter ego? ¿Cuáles son las diferencias esenciales entre los dos Solórzano Castaño?
Hay un real y otro de papel. El real es cobarde, indisciplinado, amiguero e impotente para cambiar el mundo. El de papel también es impotente, pero además es vanidoso y egocéntrico. El real es tímido. El de papel es conflictivo y estulto. Si juntamos las virtudes de ambos no armamos un currutaco de ser humano. Dejémoslo así.
¿Acertó Carlos Alfredo Villegas al sugerir en la presentación de Historias del Prologuista que esta obra es en realidad una novela y no un libro de cuentos?
Villegas Carlos Alfredo lee mal. Él es proclive a la desmesura. Además es un hombre entrado en años, golpeado con crueldad por el tiempo. Las historias del prologuista es un libro de cuentos. Y no es bueno. Es regular, muy regular.
¿Quién es en realidad Carlos Alfredo Villegas, cómo surge en su novela y qué relación tiene con el prologuista?
Villegas Carlos Alfredo, ya lo dije, es un personaje candoroso, que ofició de Secretario General de la Asociación de Escritores de Ficción Ficción. Villegas es un tipazo. Es de los pocos colombianos que aún prestan plata sin interés. Es un gran personaje, porque tras sus lentes bifocales anidan, o pueden anidar, las mejores intenciones.
Muchos dicen que el Sida y la arteriosclerosis son las enfermedades del siglo XX. Yo creo que no: creo que es la impotencia. Y sobre la impotencia podemos decir que si bien ya es curable en lo físico y sexual – para ello se inventó el sildenafil, para ese uso-, no se encuentra cura para la impotencia mental y emocional. Cayó Wall Street, murió el neoliberalismo, y uno supondría que llegó la hora de encontrarle cura a la impotencia. Es difícil, pero podríamos partir de intentar una cura para la arteriosclerosis múltiple mental, que actualmente es padecida por casi 28 millones de colombianos. Eso lo dicen Gallup, creo, y otras encuestadoras nacionales
Yo me siento impotente para ayudar a combatir la impotencia.
Al parecer, existen ya en la literatura quindiana quienes son señalados como los hipotextos que podrían perfilar bien la caricatura del prologuista. ¿A quien corresponde en la vida real y cómo se inspiró en él?
Responderle ese asunto sería tanto como querer que yo le responda, violentando mi talante de hombre discreto, que Umberto Senegal y Carlos Alberto Castrillón son los mejores prologuistas, e intelectuales, que tiene el Quindío. Yo no lo podría decir, porque estaría cometiendo un error propio de la imprudencia y cometiendo una injusticia con otros escritores de la región. No me crea tan candoroso, por favor, y no me ponga trampas. Recuerde que la literatura quindiana es un territorio minado por la desesperanza.
Ahora, ¿Cuál de los dos responde este cuestionario?
Yo no quiero saber nada del prologuista. Es volador quemado. Déjeme tranquilo. Respete el dolor ajeno.
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