RITUALES CITADINOS
Ha cambiado el color de los cines
Los árboles se adornan de puñales felices
Ha cambiado la complicidad de los moteles.
Muchas veces en las esquinas se
amontona la gente para arrojarle
alguna risa al asfalto, algún sueño preñado de miedo.
En estos lugares no decir la verdad es envenenar la lengua.
Las mentiras saben a óxido.
Se inauguran escombros citadinos
y las ratas se disfrazan para la fiesta.
En la ciudad hay tardes que se han extendido como serpientes
Hay casas que arrastran la indeferencia de las calles.
Ocultan sobrevivientes de un domingo.
En esta feria del desencuentro hay un mueble muerto
con los brazos abiertos esperando
que los amantes se liberen de la ropa
y solo le llegan losgatos tristes de los árboles.
Es bueno arrinconarse en cualquier semáforo
y detenerse en conversaciones simples.
Comentar sobre el nacimiento del perro
para así no hablar nunca de la muerte.
Por suerte aquí en la plaza se desconocen los peinados agrios.
El ropaje de la farsa.
Y mientras el cielo pestañea
no hay lenguaje de dientes que espante.
Murciélagos en el teatro
Periódicos del día ajustados con piedras
como crucificados en los andenes.
Nadie sabe que este monumento del centro
señala el rincón que no hemos encontrado
ni siquiera los vendedores sudor
que inventan relojes para no discutir nada con el tiempo.
Las bienvenidas del mercado
Libros coloreados de sol
Hoy no va ser posible sentarse en esta banca sabia de la plaza
y clavarle una espalda a los abriles universales del adiós.
Esta ciudad volverá a extender
otra tarde como
remendar el otro día que se nos viene.
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1 comentario:
Que buen texto
Felicitaciones
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