6.2.07

QUE LA INJURIA NO TE ALCANCE


PUBLICADOS EN EL BLOG NTC -Nos topamos con-

JUAN MANUEL ROCA. Premio José Lezama Lima.

Textos - tomados de Cronopios - de Oscar Collazos y de Fabio Martínez refiriéndose a lo publicado en ARQUITRAVE.

La mezquindad oculta (1)
Por Óscar Collazos, Escritor colombiano, desde Cartagena
Tomado de Cronopios 2 de febrero de 2007

Cuando llegaron a mi correo electrónico las palabras sucias producidas como reacción al premio que limpiamente se le concedió en La Habana al poeta Juan Manuel Roca, pensé de nuevo en la mezquindad que se oculta entre las bestias de la tribu "literaria" y uno de los males que más a menudo las aquejan: la envidia.

Pero si se tratara de una simple manifestación de envidia, sería menos grave pensar que el director de la revista Arquitrave lo hacía por persona interpuesta y escribiendo mal, él que tan bien escribe cuando no se dedica a destilar veneno entre sus colegas. Pero no. Además de envidia, aquí se expresa la difamación contra uno de los mejores poetas contemporáneos de Colombia y América Latina, como en otros momentos y circunstancias se ha expresado, desde las mismas fuentes cenagosas, con igual o mayor cantidad de improperios contra otros escritores.

El Premio José Lezama Lima a la obra de Juan Manuel Roca nos engrandece. No es el único entre los grandes poetas colombianos vivos, pero ha sido el elegido por un jurado que probablemente piensa en las obras vivas de Giovanni Quesseps, Piedad Bonnett o Rómulo Bustos (ejemplos que pongo de memoria), en la tradición que ha conducido a la lírica colombiana, tras ciclos sucesivos de renovación, al momento en que hoy se encuentra.

La torpe diatriba, alcahuetada por el más mezquino de los envidiosos, sólo merece atención porque las redes por las cuales se mueve llegan a destinatarios que a lo mejor desconocen la naturaleza y el origen de tales infamias. Mientras leía las palabras del colaborador puntual de la revista que dirige Alvarado Tenorio (acaso su alter ego), recordaba las cálidas y generosas y por lo demás justas de Gonzalo Rojas. Se refería a la excepcionalidad de la poesía de Juan Manuel. Esa mañana me sentí orgulloso por saberme amigo del poeta de Medellín.

De no ser porque media este incidente vergonzoso, diría que la complacencia por este premio ha sido unánime en Colombia. ¡Enhorabuena, cronopio!

(1) Lo publicado en ARQUITRAVE aparece en:
http://www.arquitrave.com/periodico/periodico_juan_manuel_roca.html . En la página pricipal http://www.arquitrave.com/principal.html con el título: "POESíA y ASCO"

El país de Caín
Por: Fabio Martínez, fabiomar@univalle.edu.co
Tomado de Cronopios, 5 de enero de 2007

Estupefacto, por decir lo menos, me dejó la lectura del último número de la revista Arquitrave, que dirige el poeta Harold Alvarado Tenorio.

Ante el reciente reconocimiento internacional alcanzado por el poeta Juan Manuel Roca (Premio José Lezama Lima de Cuba), Alvarado, quizás influenciado por la atmósfera de corrupción y muerte que se respira en el país, se levanta lanza en ristre contra Roca y lo masacra simbólicamente.

Me pregunto: ¿Dónde está la crítica seria y rigurosa en el texto de Alvarado y en el escrito de su seudónimo, el tal “Umberto Cobo”? ¿Cuándo en el país se perdió la reflexión y el sabio argumento?

La crítica de Alvarado no es crítica. Es chisme, maledicencia y mala leche. Como es nuestro país.

Cuánta falta hacen hoy nombres como Hernando Téllez, Sanín Cano, Rafael Gutiérrez Girardot y Estanislao Zuleta, quienes con sus libros nos hacían pensar, nos hacían reflexionar.

Esta práctica canibalesca no es nueva en el país. Hace poco, a raíz del anuncio de la publicación de la novela Ursúa de William Ospina, escuché de boca de un intelectual calentano que la novela de William era mala. Sorprendido, me le acerqué y le dije que por qué afirmaba eso, si la novela aún no estaba en librerías. Y el hombre, furioso, me contestó: “Así no haya salido esa novela es mala”.

Cuando un colombiano cae en desgracia, el otro, insuflado del perverso sentimiento cristiano, lo ayuda y lo protege; pero apenas ese mismo colombiano publica un libro, consigue una novia o se gana un premio, allí mismo le caen y lo masacran simbólicamente.

Ante un país fragmentado y lleno de fosas comunes, los artistas y escritores tenemos que dar luces de navegación, y no sombras.

Desolación y miseria intelectual es lo único que producen textos como los suscritos por el poeta Alvarado.

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