8.4.08
JUEGO DE SOMBRAS. VERSIONES Y PERVERSIONES
En el Metro de Madrid,
una mujer de pezones azules
me mira desde sus ojos de cielo.
Mis pupilas estrábicas,
que entretejen y confunden
tiempos y distancias
y anhelan regresos primordiales,
auscultan su impalpable geografía
de valles, montañas y cavernas
donde una flauta de Pan
inaugura héroes y siglos.
Un golpe brusco
y un mugido de astado bicorne
que no alcanzan mi rostro
detienen la torpeza de mis manos ciegas.
Tras la puerta del vagón
desaparecen la mujer y su aroma
y el territorio intuido regresa
a la oscuridad del olvido.
Por entre escaleras mecánicas,
que suben y bajan,
la fragancia azul es un hilo de Ariadna
que mi olfato sigue con habilidad de galgo viejo,
pero entre los nodos del telar hispánico
que con paciencia desteje Penélope,
las notas de una canción ciudadana
me devuelven la certeza de un día
que instaura historias de dagas y cuchillos.
Ahora que sé quién soy
una luz peregrina golpea mis ojos de luna.
Detenido frente a la sombra migrante
que alarga nostalgias de bandoneón,
repito, integros, los versos
con la prolijidad del memorioso Funes:
“Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles”
Y el Euro que tintinea en la baldosa
reverbera amargo en algún lugar de Ítaca
bajo las pezuñas de un minotauro.
De: Bitácora de Ulises.
Carlos Alberto Villegas Uribe
blue nipples´woman
Francisco Piedecausa Selfa. Alicante 2008
APUESTO A LAS LUCES QUE ANIDAN EN AL SOBRA Y A AQUELLA OTRA PÁGINA DE HOMERO QUE TAMBIÉN ES POSIBLE.
Mira la mujer tus ojos de luna,
tus pupilas extrávicas,
te mira,
viejo galgo de olfato avisado,
desde su mirar de cielo.
Y lee tus anhelos
de regresos primordiales,
ve lo que ves,
ve que te hundes
en sus pechos azules,
en su exuberante geografía,
agreste y armónica,
donde brotan sinfonías.
Te mira
y se queda
para siempre mirarte,
y no hay golpe que detenga la torpeza
de tus ciegas manos,
aquellas que inútilmente intentan
auscultar su ser impalpable.
Si,
tras la puerta del vagón se ha ido,
más no su aroma,
su fragancia azul,
mujido de astado bicorne.
Y por más que entretejes y confundes
tiempos y distancias
no vuelves inmune
a la oscura caverna del olvido;
porque la intuiste toda,
y toda su territorialidad te habita.
Por más que subas y bajes
aquella luz peregrina
será la única capaz de revelar quién eres.
Y entonces, vencido,
vencido por su ausencia
te dejaras llevar por alguna cantinela urbana,
rumor de historias y muertes repentinas,
y llorarás nuevamente
–¡no niegues que has llorado!-
frente a tu sombra de migrante,
la de alargada nostalgia,
y repetirás íntegros tus versos más callados:
“Calla, oh! Dios,
la cólera de Aquiles,
que con amargor reverbera en algún lugar de la tierra
bajo las pezuñas de la nada”.
Bel Ruthé
De: Elisa G. McCausland
Otro juego de sombras (underworld)
ilustración de Jasinski.
Bajé las escaleras, otra vez. Con miedo. Con ganas. Y la encontré. Altiva, rebelde. Parpadeaba para mi, junto a la puerta, frente a mi, a años luz. Blanca y desordenada. Azul y tierna. Mullida, serena.
Tres paradas, una mirada que se extravía, un gesto, ese gesto y se abren las puertas. Ella se marcha. Su aroma a almizcle, mi aroma a miel. Los confundo. Se me escapa escaleras arriba. Suena nuestra canción. Ella no está. Tú sí. It´s a song to say goodbye
OTRA PÁGINA DE HOMERO EL CRUCIFICADO
En cualquier metro del mundo,
yendo entre soledad mis soledades,
mujeres de blue-jeans azules,
apretados hasta el cansancio,
desvían sus ojos cuando las miro
con estos ojos inyectados de sexo.
Ellas saben, y lo dicen,
con esa muestra de pudor,
que desde su frente a sus tobillos
veo pezones, bosques enteros de pezones
atrayendo mi boca como un imán de carne,
como un imán de leche.
El cielo de sus cuerpos
trabajará horas extras en mis noches
cuando recuerde sus curvas.
Cerca y lejos.
Mujeres.
En los vagones.
En los vagones de los metros.
No pueden evitar los roces
de esas manos de obreros asquerosos
en sus impalpables geografías;
sin mi abrazo,
de todas maneras se irán mancilladas
en medio de los regresos nocturnales.
Pasa el metro por valles de acero,
que rechinan y rielan en lo oscuro,
por montañas perforadas y cavernas
donde flotamos hambreados,
sin hembra ni pan,
los nuevos antihéroes del siglo.
Un golpe brusco en la curva,
muge mi toro ante los labios de ellas.
Pongo contra sus caderas mi bragueta.
Sus cabellos por poco
no alcanzaron mi rostro.
Pero ya se detiene
con suavidad el metro.
Sé que mis manos, esta noche,
tantearán nuevamente,
entre mis piernas,
su dulce-ácido aroma buscando retenerlas.
Se ha cerrado la puerta del vagón.
Se van, se fueron.
Desaparecen las mujeres
y el territorio del deseo que fueron.
Ahí veo sus blue-jeans
apretados hasta el cansancio,
ascendiendo en las lentas
escaleras mecánicas.
Queda tan sólo un recuerdo azul,
el hilo de Ariadna del Levis,
que mi olfato sigue con habilidad de galgo viejo,
entre las vibraciones de telar del metro.
Toca el mendigo su música.
ELÍAS MEJÍA
Primera reacción:
DE SOSLAYO
Miramos al pervertido
pegado de un pasamanos,
mas o menos abatido
como todos los humanos.
Tiene un ojo en el paisaje
y otro mas en la lolita
apostando en este viaje
una erección de varita.
Mirar azules pezones
es una infantil ocasión
que deja abajo calzones.
Solo que en estas misiones
manteniendo una aspiración
se terminan los mirones.
Jorge-Luis Garcés
DESDE ESPAÑA. Elena Ospina
En la convocatoria de Santomera, Murcia, conquistó uno de los accesit.
Ver la página del concurso aquí: http://humor-grafico-santomera.blogspot.com/
VER SUS BLOGS EN:
http://elenaospina.blogspot.com/
http://editorialpatatuz.blogspot.com/
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DESDE ESPAÑA, Elisa G. McCausland
Luego de regresar de Barcelona, a donde viajó con el equipo de caricatógrafos que conforman Ratinfuso, publicación nominada al mejor Fancine de la Feria del Comic de Barcelona, la joven poeta Elisa McCausland regresó cargada de energía y dinámita. Así lo demuestra este artículo que tomamos de REINO HUECO, pero lo subraya aún más las alucinantes historias de Mujeres que valen un viaje. No olviden hacer clic en ese vínculo.
Making Houellebecq...
No me voy a quejar, no me puedo quejar. Tampoco es que quiera, los lamentos no están hechos para este miércoles primaveral. Es 23 de abril y tengo tres libros nuevos. El último ensayo de Baricco y el esperado Holly Terror, del historiador Terry Eagleton. La necesidad de leer este último la llevo enquistada desde hace año y medio, cuando su autor se acercó por estos lares para dar una conferencia sobre la génesis teórica del terrorismo. El tercero es poesía, Carne de Píxel, de Agustín Fernández Mallo, el autor de Nocilla Dream y Nocilla Experience.
DESDE ESPAÑA. Maria Teresa García
No tengo ninguna duda en refrendar tu expresión "Otra hermosa obra de Tesa". Sorprende y cautiva. Por el color, por el ritmo, y por el manejo del abstracto. Casi me hace creer, como, desafortundamente, muchos piensan, que "el arte es un don que se tiene o no se tiene".
Claro, yo, obstinado como siempre, pienso en el arte como "un derecho universal con la condición de merecerlo", como bella, profunda y democrátiamente lo expresara Hundertwasser. A propósito, Interesante que Tesa lo mire, si no lo conoce aún. Es tan inspirador como la propuesta de Tesa. Y no digo que se parezcan. Encuentro a Tesa, en su período abstracto -se le siente un deseo inmenso por derivar a la figuración- como una abstraccionista nata.
Con una armonía en su paleta, como si hubiese nacido con la teoría del color aprendida de memoria.
No me rindo al don, como el atributo restringido. Su constancia, su regreso al placer del color, me reafirma en la creencia del Artista como suma de voluntades: Voluntad de Sentir, Voluntad de Saber, Voluntad de Obrar y Voluntad de Persistir. Todas ellas respondiendo -como lo sugieriera Michel Ende en su Historia Interminable- a un auténtico deseo y a una Verdadera Voluntad; demiurgos generadores sin los cuales la obra, el arte, sólo sería indeseable pose y más amarga mueca.
Qué grato sentirla plena en cada una de sus obras. Y saber que ese universo de color, ese ritmo, esa composición que sugieren, como los sueños, lecturas y posibilidades disímiles, constituyen la transmutación de su auténtico deseo de Gaudir de l'arte. Pero más aún de saber que sus formatos, escenarios para la lúdica, son mínimos espacios que solucionan la dificultad del encuentro con el recóndito placer de recrear el mundo. Ya la veo haciendo su primera exposición en Alicante con sus cuadros enormes que no superan el formato medio cuarto. Y ya la puedo imaginar soltando amarras y desplegando sus alas en otros formatos mayores, descubriendo, indagando -disfrutando como una niña de quince la alegría de sus recien estrenados vuelos-, la posibilidades expresivas de los materiales.
Qué grato participar del nacimiento de una artista. Y mientras lo escribo pienso en Dalí, en ese hombre que sale de su huevo para configurar un mundo onírico. Ese pensamiento retrotrae una afirmación anterior. Tesa busca la figuración. Y sin duda llegará a ella, pero cuando llegue, estará libre de los lastres de la re-presentación y su camino será un dichoso decir la materia desde adentro. Sin el pesado lastre del ojo que quiere atrapar la inmortalidad del instante para congelarlo en el tiempo. Tesa -así lo creo, así lo siento, así me lo transmite la fuerza de cada nuevo trabajo- es una artista que mira sin ojos, es decir, una creadora libre, capaz de abismarse desde el espíritu para reconstruirse toda.
Y si no crees en lo que digo sólo vuelve la mirada sobre su "Árbol". Hermoso árbol-mujer. Árbol útero que se llena de raices y semillas. Sereno erotismo que se levanta sobre la tierra para prodigarse. Grato su equilibrio, y más grata aún su materidad y sus colores que armonizan la recónditos sonidos de la tierra con las humedades de la naturaleza. Síntesis de fuerza y serenidad, que se aprecia en la textura y en las vibraciones del color. Ejercicio de equilibrio cromático que revela a la artista natural que lleva dentro.
Paco, gracias de nuevo por compartirnos su ejercicio creativo. Gracias por el sonido de los colores.
Tulipanes
DESDE ESPAÑA, Tirsa Caja Herranz
Torremochuela,
pueblo tendido sobre una loma
al pie de un monte bajo de encinas.
Entre caminos, retazos verdes, retazos pardos,
rastrojos ocres en los sembrados.
Por la chopera del lavadero subo a mi pueblo
y entro en sus calles por la Calleja.
Llego hasta el Charco,
allí las viejas casas de siempre
me abren sus puertas.
El frontón alza su ancha figura,
nada perturba su sombra amable,
nada se mueve,
sólo una leve luz de añoranza.
Detrás, el Judas, en Semana Santa,
arde con llamas que sobrecogen
entre los sones de las carracas.
Llevo los ojos hacia la iglesia
y veo la torre,
torre que sueña,
mocha y alzada sobre la cuesta.
Guardan los ojos de sus campanas tantas miradas.
Llaman las voces de sus badajos
con tantos sones de duelo y fiesta…
…Y aquí me quedo, sólo un momento
bajo una sombra que ya no existe.
Olmo perdido,
rueda del olmo de mi niñez.
Cuántas tertulias cobijarías
en los domingos después de misa
y cuántos juegos al anochecer:
el corro, el toro y el escondite,
cuentos de miedo, el sacamantecas
y aquel mochuelo
sobrevolando nuestras cabezas.
Y luego subo los escalones
de losas planas, de toscas piedras
y los guijarros del empedrado junto a la iglesia.
Recorro todos los callejones,
miro los poyos junto a las puertas,
donde las viejas,
siguen zurciendo los calcetines
en el rescoldo del sol de invierno.
Se oyen cencerros
por los rastrojos de las afueras.
Mañana llueve, se pone oscuro
por Cañavisque.
Viene a lo lejos, sobre una mula,
el alma ingenua de la Matilde.
Por las esquinas
hablan los hombres cosas más serias:
Como no llueva
“quisió” como andará la cosecha.
En los sembrados
el trigo apunta sus verdes flechas.
Ya en la Torrialda veo la fuente,
verdín y grietas junto a los caños.
Cuántas botijas, cuántos calderos,
cuántos requiebros,
mozos y mozas por el sendero.
Y el monte, lejos,
con sus chaparros verdes y grises
y las sabinas sobre las lomas.
Las Majadillas,
sus parideras ya derruídas
y los pajares junto a las eras…
Esto nos queda de tu existencia,
Torremochuela, pueblo dormido.
Abres los ojos cada verano
y cada agosto nos reconoces
viendo los rasgos de nuestros hijos.
Que ellos te guarden en su memoria por las ciudades y por los siglos.
DESDE ESPAÑA. Germán Portillo.
Pienso
Y tras el denso caparazón
del tiempo. Dudo
y desconfio del avenir
que esconde la terrible
mentira del presente.
Por eso, a través
de los ruidos, de los gritos
de las calles, de las mañanas y tardes
donde no queda hueco
ni lugar para nada,
oigo el lento caminar
de la pasión y la agonía
que transcurre
imperceptiblemente.
Como la luz de cada dia
Mi amor es el aire que me envuelve
y ese tiempo que transcurre fugazmente
lo guardaré ya para siempre
como un secreto
en el alma del olvido
para recordar todos los anhelos
que tuve y no fueron
que existieron y pasaron.
Y tras el denso y amargo
caparazón del tiempo presente
que me rodea
volveré a caminar
desprendido, como un secreto
como fuerza desconocida
hacia la nada, hacia todo
German Portillo
DESDE COLOMBIA. Hugo Hernán Aparicio
Héctor Acebes: padre español, madre antioqueña, nacido en Nueva York en 1921, educado en España y Colombia, ingeniero del MIT en los Estados Unidos, combatiente por ese país en la segunda guerra mundial, frente europeo, durante cinco años; casado con una cotizada modelo de Boston, expedicionario fotográfico y filmográfico por más de 12 años a través de las selvas de Colombia, Ecuador, del Orinoco, el África norsahariana, meridional y otros confines del mundo; realizador de filmaciones profesionales sobre obras de ingeniería, de fotografía documental, técnica; conferencista, expositor, escritor (Orinoco Adventure); residente en la actualidad en Bogotá en pleno uso de facultades físicas y mentales.
A falta de información más completa sobre vida, obra y trasiego por el planeta de este colombiano exótico, consignamos datos fragmentarios obtenidos de diversas fuentes, entre ellas la entrevista reciente que concedió a la emisora cultural HJCK “El mundo en Bogotá”. A través de sus relatos sobre las incursiones en territorios vedados al citadino timorato, afloran el humor, la ironía y sobriedad, propias del hombre universal. El corte facial grave y geométrico de sus treinta años, plasmado en un autorretrato de la época: cráneo rasurado, redondo; surcos en el entrecejo, cejas espesas, barba y bigote ralos, al descuido, que atraían a las rubias de Massachussets, contrasta con la imagen actual de europeo acomodado en uso de buen retiro.
Acierta como pocas veces el Banco de la República con la exposición itinerante de este artista de la lente, en particular con la serie realizada en el África en 1953, que se exhibe por estos días en el Centro Cultural Museo Quimbaya de Armenia. El encuentro visual con sus imágenes en blanco y negro es una experiencia abrumadora. Qué resaltar más; si las virtudes técnicas de las tomas, la suma de fuerza expresiva en sus personajes, la captura esencial del paisaje, como aquel donde jirafa y árbol lejanos, situados a la izquierda inferior del encuadre, logran un equilibrio perfecto con el blanco levitante de los nimbos y la desolación de la llanura; dramatismo atemporal, telúrico; o el contenido etnográfico, la denuncia social, el acopio documental histórico del África de transición entre el colonialismo europeo y las precarias independencias de sus pueblos tribales.
Dejando de lado el trasfondo novelesco de los viajes, atenidos a la mera indagación estética, la lente de Acebes, su riguroso obturador, cumplen a cabalidad la ambición de todo fotógrafo: atrapar en fracciones de segundo el alma de objetos, instantes y personas para entregarla, en la mejor condición de calidad posible, al escrutinio, uso o disfrute de otros, al inacabable cuestionamiento humano.
Pero aún en este aspecto, nuestro compatriota contradice el perfil habitual del artista. Si Marlene y Diego Samper - actuales curadores de su colección - no hubieran descubierto este joyero de imágenes, conservado con esmero y sin pretensiones en su casa de la capital colombiana, aplicándose luego a la paciente tarea de estudio, clasificación y promoción de la obra, en asocio con el editor Ed Marquand, para mostrarla al mundo a través de un libro de impecable factura, la fotografía de Héctor Acebes quizás no habría llegado a las salas de exposiciones de Colombia, Estados Unidos y Europa, donde hoy se admira.
Hugo Hernán Aparicio R.
DESDE COLOMBIA. Carlos Alfredo Villegas
El libro “Historias del Prologuista” florece como especie extraña en el erial de un departamento consagrado a la oda y la rapsodia. Sin embargo, constituye para nuestro amigo José Nodier Solórzano Castaño, la validación social de la suma de voluntades que lo erigen como escritor. Es poco probable que Nodier comparta esta afirmación. Pero conociendo su trayectoria y su ideario estético -suficiente reseñado por la “mala leche” de la crítica universitaria Rosamira Castrillón-, puedo afirmar que Solórzano Castaño es un escritor que no cree en el acto de escribir como un don divino, ni como pose hedonista, sino como una suma de voluntades: la voluntad de sentir, la voluntad de pensar, la voluntad de obrar y la voluntad de persistir.
A esa suma de voluntades que no le permite arredrarse, ni le deja rendirse al aplauso fácil, ni a los reconocimientos coyunturales, podemos atribuir ahora que su ejercicio escritural sea reconocido por dos de las más importantes instituciones culturales del Quindío, con la publicación de una obra inusual en el horizonte de la literatura quindiana. Digo inusual, no sólo por el lenguaje, que escapa a la tradición costumbrista de un departamento rural, sino por una narrativa que se instala con propiedad en las corrientes de la modernidad: fractalidad, caos, vacío del ser. Una modernidad donde el humor y la alteridad cobran fuerza para reimplantar personajes urbanos, algunos con fuerza de caricatura –vaya si lo sé-.
En Historias del prologuista, Solorzano redibuja, criticándola, una ruralidad que se evidencia en el lenguaje relamido de sus personajes y en la pobreza de sus rituales desangelados, sin trascendencia. Obra que recupera la fuerza de toponimias de su tierra, su Calarcá del alma, que parecieran veraces, pero en cuya aceras verbales los lectores que se atrevan a pasearse por sus precarias calles sólo encontrarán sombras y entretelones que lo instalan en el vértigo de siglo XXI, en su desasoiego, en el vacío paranoico del “ser vigilado”, del hombre y la mujer prisioneros de sombras y de anhelos prestados.
Obra inusual, no sólo por la ausencia de una trayectoria narrativa moderna en el Quindío -lo más cercano a la intención de Solórzano Castaño lo encontramos en la ya distante La Luna Ladra en Marselia y en la aún más distante colección de cuentos La maravillosa gente común-, sino también, por una intención de vasos comunicantes entre los relatos, que el lector avisado podría leer como una muy técnica y elaborada novela; una disgregada novela, reafirmo aún a contrapelo del escritor, sin antecedentes en el Quindío. Una novela, digo, que de repente parece monumental y barroca, desde su aparente fragmentariedad. Pero serán los críticos los que afirmen o nieguen, con criterios de validez, las percepciones del improbable lector. Que alguien salve a Nodier de caer de nuevo entre las dentelladas rabiosas de Rosamira Castrillón.
La publicación de la obra de Solórzano Castaño –el escritor, no el personaje de Historias del Prologuista (¿dónde anida la verdad? ¿Quién nos puede asegurar que no estamos frente al desaparecido o autoeliminado Solórzano Castaño?)- celebra también una generación que se articuló en torno a la revista TERMITA; publicación que el fallecido Alvaro Nieto Córdoba inició en cuatro hojas de papel estenografiado, pero que recoge las huellas de un colectivo que se afirma en los nombres de Fabio Hugo Ortiz, Humberto Senegal, Martha Lucía Usaquen, Fabio Osorio Montoya, Carlos Alberto Villegas, Maria Cristina Ceballos Cano, Luz Amparo Palacios, Jorge Hernando Delgado, Aviecer Agudelo, Elías Mejía, Jorge Ramos, Orlando Montoya.
Pero no quiero desperdiciar ahora el breve tiempo que me han brindado los hombres de Acuario; ya la luz de la selva no me deja ver las letras que garabateo en este papel y pronto debo regresar a mi covacha de cautiverio, a las cadenas del secuestrado.
Aprovecho, reitero, esta escasa luz para sugerirle al Gobernador del Quindío y al Rector de la Universidad, no que lean la obra, -sin duda sus discursos ya dieron cuenta de la propia exégesis en torno a ella y al escritor, o al menos uno así lo espera- sino para insinuarles que aprovechen, en beneficio de los estudiantes de la universidad, la capacidad narrativa y crítica de Solórzano Castaño, su conocimiento de la literatura universal y la demostrada suficiencia literaria de su obra, refrendada por diversos concursos nacionales, y por su presencia dinámica en el Consejo Nacional de Literatura del Ministerio de Cultura. Siempre he creido que Solórzano Castaño –el real o el virtual, igual dá- enriquecería, desde la cátedra universitaria, el oficio de escribir en el Quindío. Y para ese sí, verdadero logro, sólo se necesita un mínimo de voluntad política. ¿Quién se atreverá a ir más allá de la palmadita en la espalda?
Ya viene el hombre barbado, veo claramente en el brazo de su camuflado la insignia de Acuario, esa oscura corporación que tampoco me deja ser. Debo detener mi escritura. Un saludo a todos desde estas selvas ruidosas. Un último dato para las autoridades, me acompañan en el cautiverio William Altaner y mi querido primo Villegasuribe, no los busquen más.
Moriría de felicidad si este texto fuera leído en la presentación del libro Historias del Prologuista, como uno más de mis prólogos. Cómo me hubiera gustado brindar con ustedes por el triunfo de la Ficción-Ficción, no importa que hubiese bailado un poco encima de las mesas.
Sin otra oportunidad de extenderme como deseara,
Su amigo,
Carlos Alfredo Villegas.
Ex secretario de Asodefifi.
DESDE COLOMBIA. Harol Ortiz Sandoval, TAYRONA
John Milton Nació en: Londres, Inglaterra el 9 de diciembre de 1608
Murió en: Bunhill, Londres, Inglaterra el 8 de noviembre de 1674
Ocupación: Poeta y ensayista inglés
Nacionalidad: Inglesa
John Milton (* Londres, 9 de diciembre de 1608 –† ibídem, 8 de noviembre de 1674) fue un poeta y ensayista inglés, conocido especialmente por su poema épico El paraíso perdido (Paradise Lost). Políticamente fue una figura importante entre los pensadores de la Guerra Civil Inglesa, ya que cuando ocupó el puesto de ministro de lenguas extranjeras bajo el mandato de Cromwell era el encargado de responder a los ataques a la república. Sus tratados políticos fueron consultados para la redacción de la Constitución de los Estados Unidos de América.[1]
Poéticamente, Milton es una de las figuras más importantes del panorama literario inglés, siendo en ocasiones situado al mismo nivel que Shakespeare. La influencia de Milton en la literatura posterior es amplia y variada: se atribuye a la influencia de su obra la aceptación y difusión del verso blanco en poesía,[2] y, especialmente durante el Romanticismo, las alusiones a su obra alcanzaron un nivel similar al gozado por las referencias clásicas. La propia personalidad de Milton ha sido en ocasiones debatida y criticada, en especial, la forma en la que se dibujó a sí mismo en algunas de sus obras, en especial en las "Defensio".
DESDE ESPAÑA. Omar Figuero Turcios OFIT
Caricatura.
Con éste, los premios conquistados por TURCIOS, desde 1990, ascienden a 38. OFIT, como también firmó alguna vez en los diarios colombianos, ha sido premiado en Colombia, España, Cuba, Brasil, Portugal, Italia, Irán, Turquía, República Checa y Estados Unidos, tanto en Fisonomía Caricatográfica (su género predominante) y en Humor Caricatográfico o Humor Gráfico, como topicamente se le denomina.
Turcios publica actualmente en el diario La Razón Y en El Economista en España. En Colombia publica en el diario El Tiempo de Bogotá y en el diario La Opinión de la ciudad de Cúcuta.
1er PUESTO: ACHILLE SUPERBI (ITALIA)
2º PUESTO: OMAR FIGUEROA TURCIOS (COLOMBO-ESPAÑOL)
3er PUESTO: AGUSTÍN SIAMMARELLA (ARGENTINA)
Para Más Información ver la Web Oficial Del Evento:
Http://Www.Worldpresscartoon.Com/Poster.Php
DESDE ITALIA. Diana Agamez
Nuestra tierra obligatoria
Víctor Menco Haeckermann*
Si hay algo que caracterice la poesía de la joven Diana Paola Agámez "> (Venezuela, 1982) es su madurez lingüística. Es fácil hallar metáforas arriesgadas entre los buenos escritores jóvenes. Pero en el caso de esta poetisa que cursó sus estudios de Lingüística y Literatura en la Universidad de Cartagena, y que hoy vive en Italia, no sólo estamos ante una lluvia incesante de imágenes poco convencionales, sino ante una escritura que no necesita recurrir a la dislocación del lenguaje para llamar la atención.
Lo maravilloso de todo es que sus textos, que han aparecidos en revistas culturales como la Unicarta (U. de C.), tienen como escenario un lugar del mundo en apariencia limitado (y limitante): el cuerpo, que en este caso no se agota en lo erótico –pues bien se aprovecha–, sino que señala una ruta mucho más extensa. A fin de cuentas, se convierte en un vasto territorio que se explora sin ningún tipo de prejuicio o provocación. Con esto, llegamos a habitar un lugar que reconocemos por la guianza de los sentidos. Y allí radica su tono universal, porque si hay algo en lo que con absoluta certeza no diferimos los seres humanos es en la corporeidad.
Como en toda buena poesía, hay que decir que en este puñado de poemas se percibe un gran esfuerzo por inventar un mundo singular con palabras prestadas de otro (el "real"), dotándolas de nuevas significaciones. Cada palabra es un ladrillo que sirve de base para añadir uno nuevo. Así, los efectos estéticos se dan más por la magia de la palabra re-creada y no tanto por obra de la realidad que está por fuera. Al decir "una cintura estrecha / y una pasión desbocada", por ejemplo, parece dar pistas de las reglas de ese mundo ficticio, cuya perfección consiste también en la comunión de los hechos opuestos, quizá sospechando que ese choque puede causar la lluvia que es la fantasía. Por algo decía Italo Calvino: "La fantasía es un lugar en el que llueve".
*Escritor e investigador literario.
Añoro darles de comer
pero mi cuerpo cae
mi cuerpo cae y se fractura la piel
los ruidosos cabellos caen infinitos
queda hecha agua la añoranza
es mi paso del cántaro a la tierra
es mi hora de reverdecer el prado.
AMBICIOSA DISTRACCION
Abría el cuerpo del reloj de pared
Y de el salía un gemido inagotable aburrido
Tomaba entre mis manos trocitos de horas
Y las amaba entre mis faldas floridas
Florecida apenas mujer hace unas horas
Me dedicaba a sodomizar los segundos
Que en mis pechos succionaban
Un poco más de vida
Bailoteaba sobre las espaldas cansadas del tiempo
Una danza alunada
a cuentagotas mi saliva caía
en mi vientre explotaban estrellas
y reñían furiosos los ángeles
y el tiempo respiraba ligero en mi cuello
vencido
gimiendo alucinado en fa menor
Yo estaba así atrapando
el tiempo con mi cuerpo
Distrayéndolo para que no pasara
LA MIRADA PERPLEJA DE LA ABUELA
No tiene nada
Mi choza en primavera
Lo tiene todo.
(Sodo)
Era como un perro
escarbando en la luna del espejo
escarbando iracunda
y deseando encontrar
un pedazo de primavera
que rebelde
se hubiera quedado florecida
en alguna esquina.
Así estaba la abuela
horas y horas escarbando
en la luna hallo un par de pezones florecidos
Un par de ojos que aun
leen las letras del periódico
Y el eco de las cuentas del rosario
En la luna ya no se dibujaban
una cintura estrecha
y una pasión desbocada
El espejo se vació
adiós al reflejo de los años
al vibrante retrato de la primavera.
El espejo ahora tiene
La mirada perpleja de los viejos
¿Esencial o Temporal?
Trato de capturar desesperada
La luz de esta mañana
La verdura que tiñe
y tañe la música del monte
el desplazamiento de la voz
la brevedad de una mirada
Si, me miro a mi misma
Y trato de guardarme celosa del tiempo
Si, quiero eternizar
mis humedales
Esta vida que tejo y amanece destejida
Estas caderas plegadas de caricias
Estos poemas que desnudos deambulan por mi mente
Y desnudan mi lengua
Estos amores que doy apresurada
Porque se que el tiempo
-¿ Qué es el tiempo?-
El tiempo me deslíe gustoso como a un caramelo.
NATURALEZA CASI MUERTA ESCAPANDO
Si alguna madrugada
me ven caer desnuda
como una estrella perdida
sobre la copa de un árbol oscuro
por favor recojan mis pedazos
junten de nuevo las piezas de mi ser
-Todavía conservo algo de color -
No permitan que el aire frío
Siga derritiendo mis coyunturas
y mis caderas se hagan agua muerta
donde ya no sean solubles
las moléculas de la pasión
y el movimiento orquestado por el amor
No saben cómo me costo
escaparme
Ahora, debo seguir escapando.
DESDE FRANCIA. Pilar Agudelo
El primer cotidiano francés « Le Monde » consagró un amplio articulo , en la edición del sábado 12 de abril, a la participación de Colombia en el importante evento del "Festival de l’Imaginaire", en París, del 15 al 18 de abril, en el que Colombia es el país invitado de honor. El artículo dedica un lugar destacado a los artistas que representan al pais, los reconocidos músicos: Cholo Valderrama, Gualajo y Miriam Caicedo, Nafer Durán e Ibo Diaz, Los Gaiteros de Guacamayal, Pedro Ramayo, y Victor Ramos, en París, del 15 al 18 de abril.
Consulte aqui este articulo de interés y aqui la programación de este inédito evento.
Vallenatos, Gaitas, Marimbas et Cantos Llaneros au Festival de l’Imaginaire 2008 à Paris.
Mise à l’honneur par la Maison des Cultures du Monde, la Colombie sera représentée, du 15 au 18 avril, au Festival de l’Imaginaire 2008 (Théâtre Équestre Zingaro 176, avenue Jean-Jaurès 93300 Aubervilliers ) par les artistes et musiciens Cholo Valderrama, Gualajo et Miriam Caicedo, Nafer Duran et Ibo Diaz, Los Gaiteros de Guacamayal avec Pedro Ramayo, et Victor Ramos.
Ces concerts seront précédés, le lundi 14 avril par des projections de films documentaires autour de la musique et des traditions orales colombiennes. Elles seront suivies par une table ronde animée par Mme Rosalia Martinez, ethnomusicologue, Directrice du Laboratoire de recherches du Musée de l’Homme/CNRS. La participation d’auteurs de textes, d’ethnomusicologues, d’anthropologues, artistes et conteurs colombiens permettra de compléter l’information autour des musiques colombiennes et de la transmission orale.
La Maison des Cultures du Monde fut créée en 1982 afin de répondre à la nécessité d’appliquer le principe de réciprocité dans les relations culturelles françaises avec le monde. Depuis 25 ans, la Maison invite des artistes et des groupes de différentes régions du monde. Créé en 1997 à son initiative, le Festival de l’Imaginaire concentre sur une courte période de l’année (février – mars - avril) les efforts de plusieurs institutions parisiennes, régionales et européennes dans le domaine des cultures du monde. Scène ouverte aux peuples et à leurs formes d’expression les moins connues ou les plus rares, le Festival de l’Imaginaire définit sa politique de programmation sur l’exploration, la découverte et la révélation en cherchant à susciter chez le spectateur une perpétuelle curiosité.
La directrice de la Maison des Cultures du Monde, Arwad Esber, était venue en Colombie début février à la rencontre des artistes Cholo Valderrama, Nafer Duran et Ibo Diaz, Gualajo et Miriam Caicedo et Los Gaiteros de Guacamayal dans le cadre de leur invitation à Paris pour l’édition 2008 du Festival de l’Imaginaire.
Programmation :
mardi 15 avril à 20h30 : vallenato, gaiteros, llaneros
mercredi 16 avril à 20h30 : llaneros, gaiteros, marimba
jeudi 17 avril à 20h30 : vallenato, gaiteros, marimba
vendredi 18 avril à 20h30 : llaneros, vallenato, marimba
Plein tarif : 21 €, Tarif abonnés : 15 €, Tarif réduit : 11 €
DESDE ALEMANIA. LA MIRADA DE EVA.
gana premio de poesía internacional.
La poeta cartagenera Eva Durán, residente en Alemania, ganó el Premio Internacional Caza de Poesía Moradalsur, de los Ángeles, California, por su libro Jardín donde vuelan los mares.
El premio será entregado en el mes de mayo de 2008. Se hará un reconocimiento a tres libros en 2008 y tres libros en 2007 que fueron escogidos ganadores en cada categoría así:
Se hará una entrevista y lectura radial por teléfono en el programa Caza de Poesía en abril, mayo y junio a los autores ganadores.
Eva Durán se ha destacado por la irreverencia y agudeza conceptual de sus escritos, su visceralidad para abordar el amor y la conducta del hombre sobre la tierra.
DESDE ARGENTINA. José Antonio Cedrón
Información versus Comunicación (fragmentos)
Un periodista uruguayo nos contó que en su pueblo natal, de cinco mil habitantes, había liga de básket con seis equipos, torneos de “Papi fútbol” con otros tantos, campeonatos de ajedrez, dos grupos teatrales, cine de jueves a domingo, vecinos en la vereda. Vida.
Hace años que no se juega a nada, cerró el cine, los grupos de teatro desaparecieron; el club social reemplazó al ajedrez por tres televisores con videos, y si uno se cae en la calle a la diez de la noche no lo encuentran hasta el otro día.
La televisión cubre más expectativas sin esfuerzo de imaginación que la radio cuando no tenía competencia. Información versus comunicación, y en el envés una distracción semejante a la perplejidad del nieto de Mastroianni en Todos estamos todos bien o al autismo de Dustin Hofman en Rain man.
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A mediados de 1992, en pleno despegue de esa nave que nos proyectaría al primer mundo a través del TLC, todavía los jóvenes mexicanos veían dos mil 500 horas de televisión al año mientras pasaban 600 en la escuela. Parecería que el aumento de audiencia fuera proporcional al descenso de los promedios.
A diferencia de otras religiones, este milagro no necesita que García Márquez le ponga una sábana para elevarse, tiene otros operadores que no cobran por acceder al cielo, sino a un satélite. Se trata de “poner tus ojos en lo más alto”.
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Ni se te ocurra pararte
Un breve seguimiento casero durante 40 días a la programación de Televisión Azteca y Televisa, me enseñó como 170 formas de matar y otras tantas de morir. El despliegue incluyó armas de todo tipo y una generosa lección de individualismo como sinónimo de éxito y triunfo. Sin embargo, como se vio durante la guerra del Golfo, y luego con la de los Balcanes, la muerte real no es un accidente sino un espectáculo que puede convertirse en guión y venderse por puntos de rating a todo el planeta. Para reafirmar que la realidad supera a la ficción, aquí como en las series también ganó el más alto, el más blanco, el más fuerte.
Un regreso a las fuentes de esas lecciones racistas del cine estadunidense que mamamos desde las pantallas de todas las salas de barrio –a lo largo y a lo ancho– de nuestro patio trasero. Y aunque se vea en colores, la construcción del hilo argumental es fiel al blanco y negro, por eso, los indios siguen siendo bárbaros, los negros inferiores, los mestizos incompletos, y todos sospechosos.
Para que no haya dudas acerca del mensaje histórico, la adaptación a los tiempos por parte de los guionistas consistió en hacerlos cambiar de “profesión”, nunca de condición.
De esta suerte, podría explicarse que Emilio Azcárraga Milmo nos redescubriera que “México es un país de una clase modesta muy jodida”, por eso es “una obligación llevarle diversión y sacarla de su triste realidad y de su futuro difícil”. La pantalla reemplaza a la vida.
A fin de cuentas, además de la tele, los “jodidos” tienen a su alcance la lotería, los pronósticos deportivos, el melate, la raspada, la bolita, quinielas, los concursos de don Francisco y compañía, los horóscopos de Walter Mercado, la “excelencia” envasada de Miguel Angel Cornejo, y hasta las terapias de punta de Cristina Saralegui, Rocío Sánchez Azuara, Carmen Salinas o el consultorio peruano de Laura en América, entre tantos otros que ofrecen sus servicios profesionales.
El azar es lo más democrático que les queda. Es cuestión de acertar.
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Un director de noticieros me dijo socarronamente “el público duda del que duda; si tú no cambias, él cambia de canal” (y se pierden los anunciantes).
Según la función formadora de los medios, el público opina por repetición con la seguridad de la ignorancia que recibe de este enfoque educativo.
Al árbol de la miseria le cambiaron las ramas y las hojas, por eso las traducciones no se pueden leer sin eufemismos: “países en vías de desarrollo”, “gente sin recursos”, “carenciados”, “umbrales de pobreza”, “empleo informal”. Lenguaje que clasifica y habla de los otros y por los otros, pero nunca a los otros. Como en las religiones se expresa en imperativo. La función traduce códigos, instituciones, moral determinada, una ideología. Neutraliza de un modo más sutil: por compulsión. Si no fuera otra cosa más que un juego macabro, podría interpretarse que las palabras dicen lo que quieren decir, en tanto no lo dicen, “sino todo lo contrario”.
Podemos inferir que por efecto de un reciclaje continuo la posibilidad de conocimiento se convierte en un espacio de ningún saber.
En suma, alimentan nuestra ignorancia a sabiendas que el “contenido”, según parece, es parte inherente de nuestras desgracias.
Así desfilan ilusionistas, lectores de manos, testigos de ovnis como de Jehová, benefactores de solterías condenadas a la eternidad, conductores de cualquier cosa erigidos en defensores de la “opinión pública”, que “asisten” a invitados que se denigran con o sin consentimiento de que los “ventaneen”, con tal de que usted, que está del otro lado, “la pase bien”.
El presente trabajo forma parte del libro
La realidad miente más, de próxima publicación.